27.8.09

Así es el calor


La atmósfera era sofisticada. Sonidos minimalistas brotaban de los parlantes, y los comensales de las pocas mesas ocupadas conversaban animadamente. La barra brillaba roja frente a mi mesa, y en consonancia lo hacía el trago que ordené: un gosse rose, que combinaba vodka absolut ruby red, pomelo y cranberry. Las velas encendidas en las mesas revivían el calor agradable de la calle, y le daban un aire especial a la noche.

En este marco íntimo y de fulgor, se presentó anoche en Le Bar la cantante Alina Gandini, primero musicalizando la velada desde las 22, y luego con su Banda Hotelera cerca de las 23 horas. La acompañaron Marcelo Baraj en batería, Claudia Sinesi en bajo y coros, Matías Mango en teclados y Fernando Isaia en trompeta.


La banda interpretó – fiel a su estilo – clásicos del rock nacional en versión jazz, tales como “Estoy tocando fondo” de Viuda e Hijas de Roque Enroll; ofreció elegantes versiones de “Sobredosis de TV” y “Jet set” de Soda Stereo; enamoró con “Luna de miel” de Virus; e hizo bailar y vibrar con “Tras la medianera” de Viuda e Hijas, y “Cleopatra” de Fabiana Cantilo.


Todas estas melodías revisitadas – pero que jamás cansan – resultaron el condimento ideal para la noche de este verano que se nos está anticipando. Salud!
Foto cortesía de: www.deacaaaa.com.ar

24.8.09

Atomizados de Blues


La cita fue el sábado 22 de agosto a las 23.30 horas en el ND Ateneo. El gran maestro de blues y rock Miguel Vilanova hizo la presentación en Buenos Aires de su nuevo disco "Adiós Botafogo, bienvenido Don Vilanova", producido por Gustavo Rowek (baterista y fundador de V8 y Rata Blanca, hoy Nativo) y Sergio Berdichevsky (guitarrista de V8, Rata Blanca y Nativo).

La banda, con Vilanova en guitarras eléctricas y acústicas, se completa con Hernán Zamora en teclados; Franco Capriati en armónica; Federico Pernigotti en guitarra eléctrica; Rafael Pravettoni en bajo eléctrico; Luciano Scalera en batería; Santiago Castellani en trombón; James Suggs en trompeta y Cristian Terán en saxo tenor.

Contó con invitados de lujo, como el cantante Lorenzo Thompson de Chicago; el legendario músico Ciro Fogliatta (ex integrante del grupo de rock Los Gatos, banda que fuera considerada como la fundadora del rock en español); el actor y músico Rodrigo Guirao Díaz; la cantante Romina Vitale; y el guitarrista Lucas Sedler (ex Memphis).

El show fue una agradable caja de sorpresas, de la cual emergió una magia y energía absolutamente contagiosa. Absolutamente verborrágico, el músico hizo hincapié en sus raíces e historias de los últimos años.

La noche tuvo su brillo funk con la canción “En las sombras del mundo interior”; su energía electrizante con el rock-blues de “Poco a poco” y su momento de paz con una versión en español de “Imagine”de John Lennon tocada con la escopetarra, una guitarra hecha sobre el armazón de un fusil AK-47.

La temática de las composiciones llevó de paseo a los presentes por un recorrido visual, de experiencias y de reflexión, donde se destacaron “Si me preguntas quién soy”, un blues de autoayuda que propone un viaje rutero de introspección, conocimiento y autoafirmación; “Vaivén”, que generó un clima de diálogo íntimo y de confesión con el público sobre el contexto político, preguntando por qué no se piensa mejor el camino que se elige; una oda a la autoestima, “post-sesión de psicología jungiana” aclaró el músico; y “Podés encontrar a Dios”, un controvertido tema sobre la religión que dice que Dios no está en edificios ni palabras muertas, sino en nosotros mismos y en la naturaleza.

Fueron 3 horas y 29 temas de continuada expresión musical. Don Vilanova está para quedarse, llevando su mensaje atomizador al mundo, dejando en cada uno sus moléculas de invaluable blues.

22.8.09

Standards Improvisados


El trompetista – ¡y ahora técnico superior en jazz! – Sergio Wagner se presento con su cuarteto en Virasoro Bar. La formación, con él en corneta; Ramiro Flores en saxo; Carto Brandan en batería y Federico Llacht en contrabajo, llevó al público de paseo por interpretaciones propias de clásicos del jazz.


Comenzaron dándole charm a la noche del jueves con “Four” de Miles Davis, y luego envolvieron a los presentes con la mística melodía de “Beatrice”, de Sam Rivers. Les siguieron “Softly, As In A Morning Sunrise”; el vertiginoso “Tune Up” de Miles Davis y luego – para contrastar – el sigiloso “Round Midnight” de Thelonious Monk.


Para el cierre el cuarteto interpretó “It Could Happen To You” de Johnny Burke y Jimmy Van Heusen. Y sí, podría suceder que uno se quede con ganas de más.

19.8.09

Un quinteto de 6


Así se presentó el Mariano Otero Quinteto el lunes pasado en Thelonious, reducto delicioso para quienes buscan buen jazz cualquier día de la semana – y más importante aún – sin importar que sea lunes: ¡mejor así!

La formación se presentó con Juan Cruz de Urquiza en trompeta y fluegelhorn; Rodrigo Dominguez en saxo alto, tenor y clarinete; Francisco Lo Vuolo en teclados; Sergio Verdinelli en batería; Patricio Carpossi en guitarra y Mariano Otero en contrabajo y bajo eléctrico.

La velada comenzó poco después de las 22 horas con “Rojo”. Pacientemente, Mariano explicó al público que la melodía se basaba en el siguiente cántico: “Dale rojo, dale rojo” y después un enfático “vamo' a dar la vuelta, la vuelta vamos a dar”, haciendo hincapié en que se notase la importancia de la no pronunciación de la “s” en la primera frase, y su utilización en la segunda.
El tema resultó absolutamente enérgico, y como máximo exponente de toda esa fuerza el contrabajista saltaba y se movía como un niño prendido al instrumento, transmitiendo esas buenas vibraciones al público.

Luego le siguieron “DP”, una delicada balada que escribió para su abuelo; y “Vuelos”, un tema dedicado a los vuelos y aeropuertos, “el mejor tema de hoy, pero varío de lunes a lunes”, aclaró Otero, haciendo gala de sus dotes de humorista. Aquí se destacaron los solos de Juan Cruz de Urquiza y Rodrigo Dominguez, y el ambiente se llenó de un aire funky, que quedó evidenciado en el simultáneo movimiento de cabezas del público.

Tras un breve corte los músicos regresaron al escenario, donde interpretaron “Snob”; “Gordini” (dedicado a su segundo hijo y a su mujer, Florencia); y “Podría haber sido Juan”.
Para terminar, cerraron la noche con “Espíritu”, dejando marcada una sonrisa indeleble en los rostros de quienes pudieron disfrutar de tan buen comienzo de semana.

14.8.09

Un jueves con alma. O con soul. O ambas!


Daniela Spalla se presentó en un set acústico en piano junto a Sebastián de la Riega en guitarra, dentro del ciclo “900 J Club” que se desarrolla todos los jueves entre Agosto y Diciembre en Novecento de Las Cañitas, y combina presentaciones de música en vivo más DJ Sets.

La noche venía animada por las melodías electrónicas que brotaban de la bandeja del DJ; los tapeos y tragos iban y venían, y la gente conversaba animadamente.
Hasta que, tras un breve silencio, asomaron los acordes de un piano. Y allí estaba Dani, tras su flequillo, y sus ojos miraban tímidamente en todas direcciones.
Y se largó a tocar. En pocos segundos las miradas que vagaban de un lado a otro del local se enfocaron en el escenario, prestando su atención a quien deleitaba a los presentes con su voz.

Comenzó con “En llamas”, seguida de “No es para tanto” y luego con “Un lugar lejos de este mundo”.
Pese a tener a una multitud frente a nuestra mesa, nos las ingeniábamos para seguir la melodía y cantar a coro. Pero no es fácil! Usa tantos matices que escucharla es como subirse a una montaña rusa. Y el viaje es súper disfrutable.
Con “Folk japonés” desplegó una coreografía desde la silla con sus manos y su mirada, y luego con “Si no estoy” y “En vano” fue cerrando el encuentro. Las palmas y chasquidos de dedos del público la acompañaban, y ella sonreía.

Como último tema, ofreció su versión de “Ain't no sunshine” de Bill Withers. Y sí, el sol se había ido y ella también del escenario, pero dejó encendidas las estrellas y las ganas de seguir escuchándola.

7.8.09

Con el jazz en las venas


Era un jueves con aroma y color a viernes y había que matizar el frío. Bah, en realidad, aplacarlo. ¿Y qué mejor que buena música, una copa y un delicioso platillo para cumplir la misión?
Así me dirigí hacia Thelonious, donde supe que encontraría estos 3 ingredientes que harían de mi noche de jueves ya el comienzo del fin de semana.


El joven trompetista Sergio Wagner deleitó al público con su quinteto, completado con Juan Ignacio Méndez en saxo tenor, Ernesto Jodos en piano, Martín de Lassaletta en contrabajo y Sebastián Groshaus en batería.
La velada comenzó bien arriba, con el hard bop de Joe Henderson y sus temas “Short Story” y “Mode for Joe”; hasta que “Backstage Sally” de Wayne Shorter nos preparó para un descanso.

El frío afuera expectante nos atacó con el viento que revoloteaba por las escaleras, y nos advertía que el corte no superaría los 15 minutos.

Al regresar y para sacudirnos la helada, nos recibió el cálido “Baghdad Blues” de Horace Silver, para luego darle paso a “Peace”, tema del mismo autor, que nos hizo sumergir en la calma de la noche de invierno mientras las velas se consumían en las diferentes mesas del local. Ya a medianoche, el encuentro cerraba con la impecable interpretación que el quinteto brindó sobre “Joshua” de Victor Feldman, para darle así comienzo al viernes con algo de buen jazz cargado en las venas.

4.8.09

Noche Himnótica


Sábado por la noche algo frío, y un buen plan: refugiarse en un club de jazz para escuchar música que abrigue el alma. En el escenario de Virasoro se presentaron Ramiro Flores en saxo, clarinete y voz, Hernán Jacinto en rhodes, Sergio Wagner en trompeta, y Oscar Giunta en batería; con el Mono Fontana en sintetizador como invitado de lujo.

El grupo sonó preciso, armonioso, llevando al público en un viaje relajante y de disfrute. En la segunda parte de la presentación, Fontana interpretó solo en el escenario con su sintetizador una delicada versión de la deliciosa “Jilguero” de Spinetta; y Flores llenó el aire con su voz en “Barcos”.

Muy buenas composiciones del saxofonista, entre las que se destacaron Himnótico I y II – “y no hipnótico” como bromeara Flores, sin imaginarse que las sólidas interpretaciones junto a los músicos que lo acompañaron hicieron del concierto un hechizante aperitivo, dejando a los presentes con ganas de más jazz.